24 octubre 2010

Descripción

"A pesar de ser una persona muy observadora, cuando se trata de levantarse todos los días para ir a trabajar, suelo estar demasiado concentrada, sumamente abstraída y con la mente vagando más allá de la realidad…

Pero todo eso cambió.

Hoy, por primera vez, me dediqué a mirar con atención a la gente dirigiéndose a sus respectivos trabajos, y me sorprendió la monotonía colectiva que caracterizaba a la masa de individuos en general: todos vestidos con elegancia, de negro y gris, yendo en una misma dirección, la mayoría con la cabeza gacha, cansados… todos, salvo una persona, sólo una, capaz de distinguirse de entre los demás: un hombre de pelo castaño corto, apenas visible entre el gentío, pero destacable por su llamativo tapado colorado.

“Vaya. ¿Qué le ha pasado a este hombre?”, pensé, pues no muchos se arriesgarían a llamar la atención de esa manera ante una ciudad movida por la misma rutina todos los días; una rutina de triste color gris…

Y de repente lo comprendí todo.

Hasta ese momento, no me había dado cuenta que era la única persona que iba en dirección contraria a la masa, luchando para pasar entre ella e intentando ignorar la fuerza con que se me venía encima. Iba tan abstraída por primera vez fuera de mí misma, que no había advertido la dificultad con la que trataba de esquivar a todas esas personas. Recién caí en cuenta de ello al visualizar aquel manchón escarlata a lo lejos, pues una inusitada desesperación por alcanzarlo hizo que comenzara a golpear a las personas bruscamente, evitando que me arrastraran con ellas a su propia dirección. No sabía por qué, pero de repente aquel destello colorado se convirtió en una gran fuerza de atracción. Era aquel individuo el que me mantenía con vida cada día. Era aquella persona la que yo esperaba hacía tantos años.

Corrí desesperadamente, haciendo caso omiso a las quejas que dejaba detrás.

Sólo cuando me encontré a unos cinco metros de distancia, el hombre, que parecía ir muy concentrado en sí mismo tal como lo había hecho yo hasta el día anterior, levantó la vista. Nuestros ojos se encontraron: los suyos, grises como el cielo nublado, y los míos, pardos cambiantes. La sorpresa se hizo presente en sus suaves facciones. Lentamente, pasó su mirada de mi rostro hacia mi torso. Lo imité, y bajé la vista para observarme a mí misma.

Llevaba puesto un tapado colorado. El mismo que él.

Una vez más, nuestras miradas se encontraron; una extraña comprensión más allá de toda explicación se apoderó de nosotros. Él me sonrió, y yo le devolví la sonrisa.

Con decisión, se acercó a mí, dio media vuelta, y me tomó de la mano. Ambos quedamos enfrentados al gentío gris, y comenzamos a caminar.

Ya no estaba sola."

Godoshita.

2 comentarios:

. dijo...

yo llegue a conclusiones similares, respecto a las entradas, pero es una empresa INMENSA que da, como dijiste, una terrible paja :D
En fin, me encanto el escrito! Me encanto, me encanto... es más... en mi cabeza hice la versión propaganda (porque vende, claro, es una buena idea) jejeje
te banco locooo (?) jaja un poco de demencia...
Mis saludos

Sofi dijo...

Te dije alguna ves que sos capa?
Amo leer tu blog :P

Segui escribiendo asi me seguis inspirando con ideas para la facu :P ajajajajajajaja

Te quiero teresí.